Cuando hablamos de low code, nos referimos a crear aplicaciones usando componentes visuales (formularios, tablas, flujos) y un mínimo de código para personalizaciones o integraciones. Es ideal cuando quieres ir rápido, pero no renuncias a cierta flexibilidad técnica.
No code, en cambio, persigue que no escribas código en absoluto: arrastras bloques, conectas servicios y publicas. Perfecto para prototipos, automatizaciones internas y aplicaciones simples que resuelven una necesidad concreta.
Un ejemplo rápido: un equipo de RR. HH. necesita un portal de solicitudes de vacaciones. Con no code, montas formularios, reglas de aprobación y notificaciones en horas. Si más tarde quieres integrarlo con un ERP y añadir cálculos complejos de antigüedad y convenios, low code te da ese “plus” de lógica y conectores.
Qué es low code y qué es no code: cuándo elegir cada uno
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Si la regla de negocio cabe en una frase (“si aprueba el manager, notifica a finanzas”), no code suele bastar.
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Si debes integrarte con sistemas corporativos (ERP/CRM/SSO), low code es casi siempre mejor.
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Si la aplicación tendrá vida larga y crecerá en funcionalidades, low code ofrece un camino de escalado más sólido.
Low code vs no code vs pro-code: comparativa clara
Para decidir, piensa en complejidad, riesgo y horizonte temporal. Aquí una comparativa resumida:
| Criterio | No code | Low code | Pro-code (tradicional) |
|---|---|---|---|
| Velocidad inicial | Muy alta | Alta | Media/Baja |
| Flexibilidad | Baja/Media | Alta | Muy alta |
| Integraciones | Limitadas a conectores | Amplia (SDK/APIs) | Total (a medida) |
| Coste inicial | Bajo | Medio | Variable/Alto |
| Mantenimiento | Bajo | Medio | Alto (devops) |
| Escalabilidad | Limitada | Buena | Excelente |
| Gobierno/seguridad | Guiado por la plataforma | Fuerte, configurable | Total, a tu cargo |
Regla práctica:
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No code para MVPs, formularios internos y automatizaciones directas (p. ej., registro de incidencias simple).
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Low code para apps internas críticas con integraciones y roles (p. ej., inventario, aprobaciones avanzadas, mini-portales cliente).
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Pro-code cuando necesitas performance, dominio total y arquitectura a medida (p. ej., productos digitales B2C a gran escala).
Ventajas reales y límites prácticos (agilidad, autonomía, coste, escalado, gobierno)
Ventajas reales
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Time-to-value: pasas de la idea a la app en días, no semanas.
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Autonomía de negocio: los equipos participan y experimentan sin colas en TI.
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Costes: menos horas de desarrollo y mantenimiento; licencias previsibles.
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Iteración: feedback inmediato con usuarios finales.
Límites prácticos
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Bloqueo de proveedor: moverte de plataforma puede ser costoso si abusas de componentes propietarios.
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Complejidad oculta: las integraciones “plug & play” escalan hasta cierto punto; flujos muy enrevesados pueden volverse frágiles.
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Rendimiento: para cargas altas, el modelo de componentes puede ser un cuello de botella.
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Gobierno: sin buenas políticas, aparece el shadow IT (apps “fantasma” fuera del radar de TI).
Dos consejos que me funcionan: define desde el día uno quién puede crear qué (roles y entornos) y establece un catálogo de conectores aprobados. Así evitas sorpresas de seguridad y deuda técnica.
Casos de uso por departamento y sector (plantillas y flujos habituales)
- RR. HH.: onboarding de empleados, gestión de vacaciones, evaluaciones 360. Flujo típico: formulario → validación manager → notificación → archivo en drive/ERP.
- Operaciones/Logística: control de inventario, incidencias de almacén, checklist de calidad en planta con captura de fotos.
- Finanzas: solicitudes de gasto, conciliación simple, seguimiento de facturas internas.
- Ventas/Atención al cliente: mini-CRM para leads, portal de estado de pedidos, NPS interno.
- Marketing: aprobaciones de campañas, repositorio de assets con permisos.
- Sector salud: triage administrativo, gestión de citas internas, registro de material.
- Educación: gestión de prácticas, reservas de recursos, seguimiento de proyectos.
Plantilla rápida para arrancar un caso tipo (portal de incidencias internos):
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Entidades: Incidencia, Usuario, Área, Estado, Prioridad.
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Roles: Creador, Aprobador, Agente, Auditor.
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Flujos: Crear → Clasificar → Asignar → Resolver → Cerrar (SLA + notificaciones).
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Informes: tiempos por estado, top 5 causas, backlog por área.
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Integraciones: SSO corporativo, correo/Teams, base de conocimiento.
Cómo elegir plataforma low code: checklist y matriz de decisión
Checklist esencial
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Integraciones: ¿dispone de conectores nativos a tus sistemas? ¿SDK/API para lo que no exista?
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Gobierno: control de entornos, roles, auditoría, centro de administración.
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Seguridad y cumplimiento: SSO, cifrado, DLP, ubicación de datos, RGPD.
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Experiencia de desarrollo: diseñador visual, testing, versionado, CI/CD.
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Coste/TCO: licencias por app/usuario/entorno, costes de conectores premium, almacenamiento, soporte.
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Escalabilidad: límites de registros, API calls, concurrencia, multizona.
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Soporte y ecosistema: SLAs, comunidad, marketplace de componentes.
Matriz de decisión (rápida)
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Si tu prioridad es time-to-value y los casos son internos y bien acotados → prioriza no code/low code con conectores fuertes a tu suite.
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Si necesitas personalizaciones profundas y APIs complejas → low code con SDK potente.
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Si el caso es core del negocio de cara a clientes a gran escala → considera pro-code o un híbrido (core pro-code + backoffice low code).
Errores comunes y cómo evitarlos (shadow IT, deuda de integraciones, bloqueo de proveedor)
- Shadow IT: equipos creando apps sin visibilidad. Evita esto con un programa de “citizen development”: plantillas aprobadas, formación y un comité ligero de arquitectura.
- Deuda de integraciones: automatizaciones en cadena con 5 herramientas distintas. Centraliza en la plataforma principal y documenta los puntos de integración.
- Bloqueo de proveedor: funcionalidades clave solo existen en un conector propietario. Antes de adoptarlas, define un plan B (API genérica o capa intermedia) y exporta esquemas/datos periódicamente.
- Diseño sin límites: formularios con 60 campos y 12 pasos. Mantén MVPs iterativos y reglas de complejidad (p. ej., máximo 3 pasos por flujo para la primera versión).
Da el paso y actualiza tus competencias
Low code/no code son caminos rápidos para crear valor sin sacrificar (demasiado) la flexibilidad. La clave está en elegir bien la plataforma, gobernar con cabeza (roles, entornos, conectores) y escalar con criterio: prototipa en no code, consolida en low code y reserva pro-code para lo que realmente lo exige. Con un backlog bien priorizado y métricas claras, el retorno llega rápido.
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