La tecnología ha llegado a los pueblos. Y, aunque a veces lo ha hecho más tarde que en las ciudades, lo cierto es que cada vez son más las personas que, viviendo en entornos rurales, están descubriendo todo lo que pueden hacer con un ordenador, una tablet o un simple móvil con conexión a Internet.
La digitalización no es solo cosa de expertos o de jóvenes. Hoy en día, cualquier persona, sin importar su edad o nivel de estudios, puede aprovechar las herramientas digitales para mejorar su vida diaria, formarse, comunicarse o incluso emprender. Y lo mejor de todo: no hace falta salir del pueblo para hacerlo.
Aquí te compartimos algunas historias reales que demuestran que la tecnología puede ser una gran aliada en el medio rural.
María vive en una pequeña aldea de Castilla-La Mancha. Durante años pensó que la tecnología no era para ella. Pero un día se animó a apuntarse a un curso de formación básica en competencias digitales.
Hoy, María no solo sabe usar su móvil para hacer videollamadas con sus nietos, sino que también gestiona su cita médica online, ha aprendido a enviar correos electrónicos y está descubriendo el mundo de las compras por Internet.
“Al principio me daba miedo, pero ahora me siento más segura. Ya no tengo que pedir ayuda cada vez que quiero hacer algo online”, cuenta con orgullo.
Antonio es agricultor en un pueblo de Galicia. Durante años vendió sus productos en mercados locales. Sin embargo, la pandemia le hizo replantearse su modelo de negocio. Con ayuda de un programa de formación digital, aprendió a montar una pequeña tienda online.
Hoy vende sus productos ecológicos a clientes de toda España. Gracias a las redes sociales y al marketing digital, ha ampliado su clientela y ha dado a conocer los sabores de su tierra a nuevos públicos.
“No ha sido fácil, pero con formación y paciencia se puede. Y lo mejor: sigo trabajando desde mi pueblo”.
Lucía acababa de tener un bebé cuando descubrió la Academia Rural Digital.
Vivir en un pueblo pequeño con pocos recursos presenciales no le impedía seguir formándose. Así que decidió inscribirse en un curso online sobre herramientas ofimáticas.
Ahora, compagina la crianza con su preparación para presentarse a unas oposiciones. La formación online le ha permitido aprovechar su tiempo sin renunciar a estar cerca de su familia.
“Sin estas oportunidades, tendría que haberme ido del pueblo. Ahora puedo crecer profesionalmente desde aquí”.
Estas historias no son excepcionales. Son ejemplos reales de un cambio que ya está en marcha en muchos pueblos de España. Personas que están perdiendo el miedo a la tecnología, que están aprendiendo, adaptándose y encontrando nuevas formas de conectar con el mundo.
Desde la Academia Rural Digital, creemos firmemente que la digitalización es una herramienta para igualar oportunidades, no para separar. Con formación, con acompañamiento y con recursos adaptados, cualquier persona puede dar el paso.
Y tú, ¿te animas a ser la próxima historia?
