Desde la aprobación de la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE), el sistema educativo español ha experimentado una transformación que va mucho más allá de los contenidos curriculares. En el corazón de esta reforma se encuentran las competencias clave, un concepto que busca conectar el aprendizaje académico con la realidad social, profesional y personal de los estudiantes.
Las competencias clave se entienden como un conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que resultan necesarias para el desarrollo personal, la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo. Su desarrollo efectivo permite que el alumnado pueda aplicar lo aprendido a situaciones diversas a lo largo de su vida.
Las competencias clave no son una invención exclusiva del sistema educativo español. Su origen se encuentra en el marco europeo establecido por la Recomendación del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente (2006 y actualizada en 2018). La LOMLOE adapta estas directrices al contexto español, integrando las competencias en todo el currículo y vinculándolas con el perfil de salida del alumnado al final de la enseñanza obligatoria.
La intención es clara: superar el enfoque puramente memorístico de la educación y promover una enseñanza que prepare al alumnado para desenvolverse en un mundo cambiante, complejo e interconectado. De esta manera, las competencias clave se convierten en un vehículo de transformación pedagógica.
La LOMLOE define ocho competencias clave, cada una con un peso específico y una función transversal en el currículo. Son las siguientes:
Estas competencias no se abordan como materias independientes, sino como ejes transversales que se desarrollan en todas las áreas del conocimiento a lo largo de la etapa educativa.
Una de las innovaciones más destacadas que aporta la LOMLOE es la introducción de descriptores operativos para cada competencia. Estos descriptores son formulaciones claras que permiten valorar el grado de desarrollo de cada competencia por parte del alumnado.
Por ejemplo, en la Competencia Ciudadana, uno de los descriptores puede ser: “Manifiesta actitudes de respeto y defensa de los derechos humanos en sus intervenciones y trabajos escolares”. Estos indicadores facilitan una evaluación más cualitativa, personalizada y coherente con los objetivos de la educación por competencias.
Los descriptores operativos se convierten en una herramienta clave tanto para docentes como para centros educativos, al permitir la concreción curricular y facilitar la conexión entre las competencias y los criterios de evaluación.
En el modelo LOMLOE, el currículo deja de estar centrado exclusivamente en los contenidos y pasa a organizarse en torno a situaciones de aprendizaje que promuevan el desarrollo competencial. Esto implica diseñar actividades que respondan a problemas reales, que integren diferentes áreas del saber y que requieran del alumnado movilizar sus conocimientos, actitudes y habilidades.
Por ejemplo, una situación de aprendizaje en Primaria puede consistir en organizar una campaña de reciclaje en el colegio, integrando competencias lingüísticas, digitales, ciudadanas y emprendedoras. Así, el alumnado aprende haciendo, en contextos significativos que favorecen la comprensión profunda y la motivación.
Además, las programaciones didácticas deben contemplar explícitamente cómo se trabajan y evalúan estas competencias, integrando los criterios de evaluación, los saberes básicos y los descriptores operativos.
Las competencias clave según la LOMLOE representan un paso firme hacia una educación más humana, contextualizada y transformadora. Su correcta implementación supone un cambio profundo en la forma de enseñar, aprender y evaluar, exigiendo colaboración, innovación y formación continua por parte de toda la comunidad educativa.
Este enfoque por competencias no se limita a preparar al alumnado para obtener un título, sino que aspira a formar ciudadanos conscientes, autónomos y comprometidos, capaces de desarrollarse plenamente en todos los ámbitos de la vida.
Adoptar el paradigma competencial es un reto, pero también una oportunidad para hacer de la escuela un lugar verdaderamente relevante para la vida de cada estudiante y para el futuro de nuestra sociedad.
¿Sabes buscar en Internet pero no enviar un correo? ¿Te manejas con el móvil pero no con el ordenador? ¿Has hecho alguna videollamada pero te pierdes con los formularios?
¡Perfecto! Estás en el punto ideal para aprender más.
Entra en https://academiaruraldigital.es y empieza hoy mismo.
Categorias:
