¿Has oído hablar de la brecha digital? Es un término que cada vez suena más, pero no siempre está claro qué significa exactamente. En pocas palabras, la brecha digital es la desigualdad entre personas que pueden acceder y usar las tecnologías digitales, y aquellas que no.
En el medio rural, esta brecha se nota especialmente. Aunque Internet ha llegado a muchos pueblos, todavía hay miles de personas que no tienen acceso, no saben utilizarlo o no se sienten seguras al hacerlo. Pero lo bueno es que esa brecha se puede cerrar. ¿Cómo? Con formación, recursos y acompañamiento.
En pueblos y pequeñas localidades, la brecha digital puede tener varias formas:
Esto puede afectar a la calidad de vida, al acceso a servicios públicos, a las oportunidades laborales e incluso a la participación social.
Las personas mayores son uno de los grupos más afectados, pero no los únicos. También jóvenes sin formación tecnológica, mujeres en entornos con menos recursos, personas desempleadas o quienes viven en pueblos muy aislados pueden encontrarse en situación de exclusión digital.
Y no se trata solo de no tener conexión: saber utilizarla con confianza y seguridad es igual de importante.
Hay tres pilares fundamentales para combatir la brecha digital rural:
Ofrecer cursos adaptados al nivel de cada persona, con lenguaje claro, ejemplos prácticos y acompañamiento cercano. Como hace la Academia Rural Digital con sus itinerarios formativos.
Asegurar que todos los pueblos tengan conexión de calidad, acceso a dispositivos y espacios públicos donde poder conectarse (centros sociales, bibliotecas, aulas digitales…).
Motivar a la población a perder el miedo a la tecnología. Muchas veces, aprender en grupo o con la ayuda de un vecino o vecina que ya sabe, marca la diferencia.
En la Academia Rural Digital trabajamos para que nadie se quede atrás. A través de formaciones gratuitas, materiales adaptados y acompañamiento personalizado, ayudamos a personas de todas las edades a dar el paso hacia la autonomía digital.
Porque la digitalización no debe ser un muro, sino una puerta abierta a nuevas oportunidades, también en el medio rural.
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